domingo, 23 de noviembre de 2014

No es el fin del mundo...

Buscábamos lo naranja y verde y al final no lo encontramos. Sería una mentira como un templo decir que eso no duele, acabar de golpe con un proyecto de vida es algo verdaderamente doloroso.
En algún momento nuestros caminos dejaron de ir a la par y cada una tomo el suyo, nos dividimos el gato, los cds, las películas, los libros, los recuerdos, los conocidos y todo lo imaginable. Entramos en el terrible proceso de desmantelar casi diez años de vida.
Cada una contará esta historia a su modo, pero este es mi blog y yo cuento lo que quiero o lo que puedo...
No fue un año fácil, nunca es fácil empezar de nuevo, nunca es fácil admitir que en algún momento se fue todo al carajo y los sueños tienen que ser reciclados y transformados en nuevos sueños y nuevos proyectos. También se recicla la casa, se cambian los muebles de sitio, se cambian elementos decorativos, se ocupan los espacios que fueron quedando vacíos.
Seguramente ella hace lo mismo, intenta reconstruir su vida con los trozos de la anterior y algunos elementos nuevos, es lo que hacemos todos...

Pero al final del ejercicio nos quedo él. Él que sonríe y le da sentido al universo, él que llora y provoca huracanes. Él que ahora esta en primero de primaria y hace que el universo gire al rededor de sus horarios y necesidades. El señor Conrado y yo buscamos una nuevo ritmo de vida, rotando en torno a este nuevo esquema de familia y con unos cuantos actores invitados nuevos que de a poco van constituyendo el elenco estable.
A lo mejor esta historia es aburrida y no le interesa a nadie, pero yo necesito contar que al final de todo no es el fin del mundo